viernes, 23 de enero de 2015

ABRIENDO PASO A LAS SOCIEDADES HISTÓRICAS: EL BRONCE FINAL

Entre finales del II milenio e inicios del I milenio a.C. los grupos humanos del sureste de la Península Ibérica experimentan cambios en la organización económica y social.

Se produce un incremento de las redes de intercambio, especialmente las que se realizan por vía marítima, asociadas al desarrollo de la metalurgia, en cuanto a la fabricación de útiles y armas de bronce y plata.

Urna ovoide con dos tetones
Urna ovoide con dos asas


Este proceso, está intimamente ligado a nuevas aportaciones culturales, de procedencia muy distinta; europeas y meseteñas primero, y, posteriormente, de pueblos mñas avanzados del Oriente mediterráneo, como los fenicios, provocando cambios en las formas de vida y en los rituales funerarios.


La cerámica muestra en esta etapa novedades importantes debido a la influencia de los cercanos asentamientos fenicios, como la introducción del torno y, a partir del siglo VIII a.C. la adaptación de formas inspiradas en modelos orientalizantes.

Fragmento de Gran Vaso

En la metalurgia, las innovaciones tecnológicas revelan un mayor conocimiento de la elaboración de utensilios de cobre y bronce. De manera temprana, a finales del siglo VIII e inicios de VII a.C. existen evidencias del trabajo del hierro (El Castellar de Librilla) y de la plata, así como su introducción en los circuitos de comercialización de productos de lujo y de prestigio del Mediterráneo.

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